[Mayor cobertura en educación, El Mercurio, 30/9/2007, Extracto]
"Hace cinco décadas, la cobertura en la educación secundaria chilena apenas superaba el 10 por ciento. Muchos recursos se gastaban en educar gratuitamente a unos pocos jóvenes que accedían a la universidad, y se invertía de manera muy insuficiente en educación escolar. Esa mala asignación de los recursos, prolongada por décadas, aún nos pesa y, por eso, nuestra población de más de 60 años tiene una escolaridad promedio inferior a los siete años y muy desigualmente distribuida. Las diferencias en oportunidades de desarrollo personal y económico que causó ese inadecuado patrón de inversiones marcaron no sólo a esa generación, sino también a las siguientes.
Para superar las inercias se requerían reasignaciones sustanciales en la inversión y cambios significativos en las orientaciones de política educacional. Eso ha venido ocurriendo en las últimas cuatro décadas, permitiendo aumentar la escolaridad de la población. Así, las encuestas Casen revelan que entre 1990 y 2006 la escolaridad promedio de la población mayor de 18 años ha subido en más de un año.
Dado que los incrementos en cobertura escolar han ocurrido principalmente en los grupos de menores ingresos, las brechas educativas entre ricos y pobres se han reducido, entreabriendo una mejor distribución de oportunidades para las generaciones más jóvenes. Como un ejemplo de lo anterior, las diferencias de escolaridad de las personas de los deciles de mayores y menores ingresos se han reducido de casi ocho años para el grupo de edad de 65 a 74 años a poco más de tres años para el grupo de 18 a 24 años. Pese a esto, los resultados están lejos de ser satisfactorios. Así, entre los jóvenes de 20 a 24 años, sólo el 62 por ciento del quintil de menores ingresos tiene al menos educación media completa. Esta tasa es de 95 por ciento en los jóvenes de igual edad en el quintil de mayores ingresos.
Los avances también se ven opacados porque -según información de la misma encuesta Casen 2006- los aumentos en ingresos con que habitualmente se asocia a la educación se producen con intensidad sólo después de que se han cursado al menos tres o cuatro años de educación superior.
Los modestos incrementos en la remuneración laboral que derivan de la educación media indican que ella está muy lejos de dotar a los jóvenes de las competencias que demanda el mundo actual. Si eso no se corrige pronto, los aumentos de escolaridad producirán enormes frustraciones, o inducirán una demanda por educación superior ineficiente, surgida como una respuesta para paliar deficiencias de las etapas educativas previas, en vez de tener por objetivo el logro de conocimientos elevados o una especialización profesional de alto nivel. " [El Mercurio]
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30-09-2007
Mayor cobertura en educación | El Mercurio Editorial
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