blogs el mercurio, 20/06/2008, extracto
Existe una gran deuda de todos los últimos gobiernos con la educación chilena. El último ranking mundial de competitividad, por ejemplo, ubica a Chile en los primeros lugares en cuanto al ambiente macroeconómico, y lo coloca como número 26 del mundo en competitividad global. Sin embargo, en materia de educación superior e innovación Chile se ubica en la posición 42, y en cuanto a educación básica, en el lugar 70 (!!). ¿Cómo se explica esta situación de país de primer mundo en materia económica global, pero de tercer mundo en cuanto a educación?
(…)Debilidad de las políticas financieras, inadecuadas estrategias de formación docente, inapropiados marcos curriculares y reglas de gestión atrasadas e inhabilitantes causan esta verdadera tragedia nacional que condena a Chile a seguir siendo tercermundista, exportador de recursos naturales y marcado por una ignominiosa inequidad social.
(…)Por esa razón, la LGE hay que entenderla como un paso adelante que necesita al menos de otros dos proyectos imprescindibles que deben comprometer seriamente a los actores políticos: (1) una ley sobre la Superintendencia de Educación y los mecanismos de aseguramiento de calidad de las enseñanzas básica y media, y (2) una ley que establezca las normas, criterios de financiamiento y de organización y gestión de la educación pública.
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