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10-08-2010
Libertad y Desarrollo: Encuesta Casen revela los profundos cambios que ha vivido el hogar chileno en 20 años - emol
emol, por Manuel Fernández Bolparán, 10/08/2010, extracto.-
Análisis de Libertad y Desarrollo de los datos del estudio entre 1990 y 2009.
Si bien la familia biparental sigue siendo mayoritaria, emergen nuevos esquemas. Una modificación clave es que las jefas de hogar crecieron de 18,9% a 30,2% en el lapso.
El matrimonio donde sólo él trabaja, con dos hijos y la abuela viviendo bajo el mismo techo. Esa familia que mostró en 1989 la entonces debutante comedia televisiva "Los Venegas" era el fiel reflejo del hogar promedio chileno de la época que perfiló al año siguiente la Encuesta Nacional de Caracterización Socioeconómica (Casen) de 1990 (ver infografía).
Pero ese esquema, si bien sigue siendo el mayoritario, está cambiando. Tal como en la serie, donde la primogénita formó un hogar, pero con sólo una hija y después se separó.
Puertas adentro
¿Qué pasó en 20 años? El Instituto Libertad y Desarrollo analizó las transformaciones del hogar promedio chileno a la luz de los datos de las encuestas Casen de 1990 y 2009. Y las tendencias no dejan de ser elocuentes: el número de miembros de los hogares y de hijos disminuyó, al igual que el porcentaje de matrimonios. En paralelo, aumentaron los chilenos que viven solos, las familias con la presencia de sólo uno de los padres y los hogares que son liderados por mujeres (ver nota relacionada).
"No hablaría de crisis de la familia, sino de una diversificación de los tipos y modos de hacer familia. En una sociedad moderna y más individualista, el sujeto se plantea una pregunta nueva, que es qué tipo de familia quiere formar. Y esa opción no siempre es la biparental", dice la socióloga Verónica Aranda, de la Universidad Andrés Bello.
En ese sentido, un cambio clave es el fuerte aumento de la cantidad de hogares con jefatura femenina, que pasó de 18,9% en 1990 a 30,2% en 2009. Según Francisca Márquez, decana de Ciencias Sociales de la U. Alberto Hurtado, no es un fenómeno inédito en la historia nacional, pues ya ocurrió algo similar en el siglo XIX, cuando los hombres dejaron el campo para buscar oportunidades en la ciudad.
"Es un algo típico de épocas de transformación económica. En el caso actual, la economía donde el empleo estable dura toda la vida ha perdido fuerza y el hombre deja de ser el único proveedor", detalla. ¿El efecto? La mujer debe incorporarse al trabajo y se vuelve menos dependiente.
"La mujer que trabaja y tiene su propio ingreso, hoy puede tomar la decisión de separarse, cosa que años atrás era muy difícil", puntualiza Florencia Herrera, socióloga de la U. Diego Portales.
Claro que el nuevo escenario tiene sus costos, según Ana María Izquierdo, experta del Centro Nacional de la Familia (Cenfa). "La jefa de hogar queda sobrecargada de obligaciones y con un tremendo peso económico".
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