En la movilización del magisterio, a realizarse este martes 26 de Septiembre, participarán sectores (actualmente en huelga) de la salud pública y también los estudiantes – razón por la que el gobierno ha llamado a los profesores a asumir la responsabilidad respecto de la participación estudiantil. La respuesta de los dirigentes de los profesores ha sido asumir dicha responsabilidad. Queda, sin embargo, en manos de la autoridad impedir maltratos y una repetición de escenas de detención masiva de estudiantes. La demanda ministerial a los profesores aparece como un intento de la autoridad no sólo por asegurar la integridad de los jóvenes y prevenir incidentes; parece además un intento por desplazar la responsabilidad de la integridad de los estudiantes hacia los profesores.
Si bien el gobierno ha anunciado aumentos del gasto en educación y otras medidas de largo plazo - no se ve aún una propuesta de política educacional bien definida y convincente así como el calendario de las metas y de los mejoramientos esperados.
Ese lento avance de la transformación y mejoramiento de la educación es un factor subyacente a esta movilización. Dado el consenso existente acerca de la necesidad de mejoramiento de la educación, la situación actual deja entrever lo que probablemente sean dificultades en la coalición gobernante en torno a las políticas por implementar. La prioridad alcanzada por los asuntos educacionales en la opinión pública luego de las movilizaciones de mediados de año y la contención de antiguos y nuevos problemas aún sin resolver por parte de la autoridad - conforman también el contexto de esta movilización que vuelve a marcar otro hito significativo en un año caracterizado por movilizaciones sociales asociadas al sector público.
De ahí que no sea extraña la disposición de los estudiantes a participar en la movilización.
Pero la integridad de ellos es sobre todo responsabilidad de la autoridad. Un buen desarrollo de la movilización sería un logro tanto para los profesores y estudiantes como para el gobierno.
Si bien el gobierno ha anunciado aumentos del gasto en educación y otras medidas de largo plazo - no se ve aún una propuesta de política educacional bien definida y convincente así como el calendario de las metas y de los mejoramientos esperados.
Ese lento avance de la transformación y mejoramiento de la educación es un factor subyacente a esta movilización. Dado el consenso existente acerca de la necesidad de mejoramiento de la educación, la situación actual deja entrever lo que probablemente sean dificultades en la coalición gobernante en torno a las políticas por implementar. La prioridad alcanzada por los asuntos educacionales en la opinión pública luego de las movilizaciones de mediados de año y la contención de antiguos y nuevos problemas aún sin resolver por parte de la autoridad - conforman también el contexto de esta movilización que vuelve a marcar otro hito significativo en un año caracterizado por movilizaciones sociales asociadas al sector público.
De ahí que no sea extraña la disposición de los estudiantes a participar en la movilización.
Pero la integridad de ellos es sobre todo responsabilidad de la autoridad. Un buen desarrollo de la movilización sería un logro tanto para los profesores y estudiantes como para el gobierno.
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