La Segunda , editorial, 15/11/2010, extracto.-
En claro contraste con los conflictos de corto alcance que enturbian ahora el despacho de la Ley de Presupuestos, los anuncios formulados la semana pasada por el ministro Joaquín Lavín sobre los cambios que desde hace largo tiempo se hacían necesarios en el Estatuto Docente, y que este mes se deberían concretar en un proyecto de ley, apuntan a un tema de fondo para el cual sin duda se requiere un amplio respaldo nacional.
La iniciativa tocará la inamovilidad que en la práctica existe tanto para los profesores como para los directores de colegios, y que constituye uno de los mayores obstáculos para el mejoramiento de la calidad en la educación básica y media que se hoy se imparte en los establecimientos municipales. Por una parte, se busca crear un sistema similar al de la Alta Dirección Pública, que sea aplicable a los directores, de manera que su designación asegure la calidad profesional del candidato y, por otra parte, se le fijen exigencias de cumplimiento de metas específicas en su desempeño. En compensación, se ampliarán sus atribuciones, incluyendo las relativas a la constitución de buenos equipos de colaboradores y renovación del personal docente insatisfactorio, así como sueldos diferenciados por el tamaño del colegio y las respectivas responsabilidades.
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